Estos ochos textos forman
parte de 'Breve tratado del viento Sur', una antología organizada por el
escritor colombiano Eduardo Bechara Navratilova. Cuenta con las obras de 90
poetas de distintas generaciones unidos por la geografía particular de la
región austral de Argentina. Aquí, una breve selección.
2018/02/23
POR
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APUNTES DE UNA CIUDAD EN RUINAS
Esta vez los finos ecos de
la ciudad no son del viento.
El fin del invierno, casi
sin nieve, autoriza exclamaciones
o teorías sobre el clima.
Reverbera en las calles la
malicia por un casamiento inesperado.
Un grupo de mujeres limpia
las casas de fantasmas,
no conocemos sus nombres.
Mientras alguien anota
estas palabras, continúa la luz prendida
en la casa de enfrente,
en medio de una noche del
fin del invierno, es viernes.
22 de agosto, 2004
De El viento sopla, 2011.
ANAHÍ
LAZZARONI, La Plata,
Buenos Aires, 1957. Residente en Ushuaia desde niña. Colabora en diarios y
publicaciones de Argentina y el extranjero. Publicó: El poema se va sin
saludarnos, 1994; Bonus Track, 1999; El
viento sopla, 2011.
NOTA DE DIARIO IV
Los muertos tienen mañanas
amarillas. Ellos en sí mismos amarillan sus días. Inmersos en su tibieza de
últimos soles no se dan cuenta de la histeria del cementerio. A ellos como a
los vivos la gravedad les tira del cuerpo hacia abajo. Hacia la tierra. Nosotros
como ellos podríamos dejarnos caer. Y embarrar. Tengo ideas amarillas y
experiencia de caída en las que algo se rompe y desarma. También hay caídas
blandas que no fracturan nada en el ser. Algunos pensamientos me vienen desde
afuera y me transforman el cuerpo. El amor me punza. Las luces delicadas de las
personas aparecen con intención de sanar. Pero hay cosas que me retienen la
vida: cuando no puedo hablar. ni caminar. ni comer. ni dormir. ni entender. ni
explicar. ni llorar. Llorar y estar desnudo constituyen una misma pureza. La
desnudez es un diamante y un epitafio. No hay ningún cuerpo mudo. Ni siquiera
los cuerpos de los muertos pueden enmudecer, el acto de colorear la muerte es
estar hablando. Los pensamientos que vienen atraviesan una sed que comienza a
brillar. Son dos los soles que despiertan y uno de ellos me muerde la piel.
Pareciera que todo se pausa cuando es de noche y adquiero la forma de un
pensamiento. Después me encuentro amorfa e insomne. Hay despertares que no
puedo adoptar. Sitios precisos que no puedo habitar. Días que me caminan sin
llevarme. a nada. y a ningún lugar
Inédito
PRISCILA
VALLONE, Río
Grande, 1993. Estudiante de Expresión Corporal en la U.N.A., de Artes en la
U.B.A., y de Fotografía en E.N.F.O. Inédita.
CARTA DE UN AMANTE DESPECHADO Y CON SED
Tomó la pluma como tipo
vida y comenzó a garabatear la carta.
Amor (dos puntos) sé que no
he sido precisamente una lluviecita de verano, de esas que chirlean el calor y
nos dejan frescos y con ganas, más bien fui tormenta ahuyentando tus pasos,
anegando tus precarios senderos de ternura, en fin, los niños que no comprendemos
este mundo de adultos estamos destinados a cometer estupideces todo el tiempo.
Es por eso este berrinche que me supera.
Cómo uno va a prestar su
pelota de fútbol, su juego de ingenio, su trineo, su piel, que por tradiciones
ancestrales, sacó, mascó hasta no dientes, tratando de dejarla suave para el
abrigo de estas tantas noches que nos faltan, conservando por cierto esa
pelambre de guanaco libre, de carbón saltando los alambres, de esa caricia
sobre la propia intemperie de la piel de tantos otros olvidada, vituperada,
masticada siempre por los que nos utilizan (pelitos defendiendo por un pelito
nuestro brilloso frío de sangre apelmazada) niños, animales salvajes nosotros
los poetas.
Hoy me voy a quedar aquí
llorando por dentro el hain interrumpido por tu ausencia amor.
Kloketen, kloketen, repica
cada lágrima que me cae sobre las raíces que me faltan.
Y con esto, terminó la
carta. La leyó, arrugó el papel, lo tiró y partió a la calle porque se le había
terminado la ginebra. Ella ?lo
presentía? no
regresaría jamás.
Otra vez habían vencido los
falsos, los mediocres, los…
Esto pensaba, cuando el
viento de siempre, lo entró al bar.
De Breve tratado de la
lágrima, 2009.
JULIO LEITE, Ushuaia, 1958. Residente en Río
Grande. Funcionario del gobierno provincial, jefe de departamento en la Editora
Cultural Tierra del Fuego, organizador de la feria provincial del libro y
encargado de la feria internacional del libro. Publicó: Cruda poesía fueguina, 1986; Primeros
fuegos, 1988; Edad sol, 1990, (en coautoría con el porta Oscar
Barrionuevo); Bichitos
de luz, 1994; De límites y
militancias, 1996; Aceite humano, 1997; Piedrapalabra, 2003;Breve tratado sobre
la lágrima, 2009, e Invocación, 2011.
EN / PIEZA
MU / DANZA
Nos hicimos una casa
sin pisos ni paredes
tiene lo básico
para habitar
ahí llevamos cosas
lo básico para habitar
deshabitar una casa
es desarticularse
quitar la repisa
que deja mancha
no tuvo luz
la pared
todo se vacía
y resuena
los años se aplanan
en el recuerdo
de esa casa
saco tornillos y desenrosco
la historia de esa tarde
en que se llenó mi living
de palabras
en qué porción del cemento
me angustio
mudarse es quitarse
una piel en cajas,
todo se va en cajas
se desarma como un goteo
y en el auto va la historia,
los libros, hijos no
acunados.
Saco adornos como
pedazos de piel
y las paredes impersonales
me preguntan quién fui
ahora que huyo.
La mesa igual
y todo gira alrededor
los libros, mi cartera
acá estoy yo
y mañana es igual,
trabajo y vuelvo, vuelvo,
vuelvo.
vacía la escalera se vuelve
palos
te vas casa y yo me quedo.
Inédito
NATALIA BELENGUER, Bahía Blanca, Buenos Aire, 1969.
Reside en Villa la Angostura desde 2000. Dicta clases en el Profesorado de Lengua y
Literatura en San Martín de los Andes. Gestora cultural y periodista.
Inédita.
LLUVIA
¿Se puede describir la
lluvia?
Hay una manera simple y se
llama lluvia.
Estoy sentado junto a una
ventana en la estación de trenes,
y el techo de chapa
amplifica el sonido rítmico y tan antiguo como el sol.
En el vidrio empañado con
el dedo índice escribo un nombre,
es que resulta inevitable
relacionar la lluvia con un nombre.
Ese nombre tiene olor a
trenes, a viajes con ruidos de metal,
y la alegría de los viejos
tiempos.
Te veo y me veo bajo la
aureola del farol con gotas que resaltan;
la mojadura, la inevitable
mojadura,
y besos tan húmedos como
las baldosas,
como el césped de la
placita iluminada.
Ahora estoy parado en el
andén y siento olor a tierra humedecida,
a árboles mojados, al pasto
que crece al lado de las vías,
a flores de color violeta,
y creo que es alfalfa,
pero sobre todo, a un
perfume que conozco.
Lluvia, lluvia, lluvia de
gotazas como lágrimas de gigantes,
o lluvia fina, triste como
un cajón cerrado camino al cementerio,
o lluvia fina, con los
brazos abiertos danzando la alegría desbordada,
o lluvia fina, tan fina
como los cabellos de una mujer sin tiempo.
Escucho el zumbido leve de
un moscardón cerca de mi oído,
es el tren que se aproxima,
apenas mis piernas
tiemblan, también mis manos, mis dedos,
y una revolución interna
parece inevitable.
El sonido del tren es muy
intenso, cada vez más intenso,
entonces me doy cuenta una
vez más de que no tiene intenciones de parar.
Lo miro, lo sigo mirando,
hasta que del último vagón
se desprende el perfume que conozco
y se mezcla con la lluvia,
con esta lluvia fina,
fresca, que me acompaña a mi lugar de siempre.
Inédito.
ALEJANDRO
PONCE, Córdoba
Capital. 1956. Reside en Fiske Menucco desde 1980. Propietario de una óptica.
Inédito.
NOCHE PERFECTA
Bajamos del auto para ver
el anochecer.
El cielo apretaba lo que
quedaba del día
hasta borrarlo por detrás
del horizonte.
Nosotros, el desierto, la
buena memoria, todo permanecerá cautivo
mientras la noche nos eleve
por sobre los límites del tiempo.
No de otro modo la
naturaleza agradece el significado
de nuestra presencia; así,
con un corazón junto a otro.
Cuando todo termine, lo que
quede del universo será pasado.
Entonces, el sólo hecho de
haber resistido será suficiente
para iluminar el mundo,
otro. El que de noche va de tus ojos
a los míos y hace que la
sombra de las preguntas
se hunda en la tibieza de
tu boca.
De Fenómeno
natural, 2012.
RICARDO
COSTA, Buenos Aires, 1958. Residente en
Neuquén desde 1982. Director del Instituto de Formación Docente N° 9 Paulo
Freire, escritor y promotor de lectura. Publicó: Casa mordaza, 1990; Homo
dixit, 1993, Teatro teorema, 1996; Danza
curva, 1999; Veda negra, 2001, Mundo
crudo: Patagonia satori, 2005,
y Fenómeno natural, 2012.
SOÑABA CUANDO NIÑA, CON
un país de lluvias
constantes, atronadoras
luces y el cielo negado de
la noche
iluminando mi temblor; las manos
bajo la sábana, huyendo de
abstracciones
y conceptos como
luciérnaga, sabían
producir luz en contacto con el oxígeno.
De El Acuerdo, 2012.
MACKY
CORBALÁN, Cutral-Có, Neuquén, 1963. Falleció
en 2014. Residente en Neuquén desde 1980. Periodista en el Ministerio de
Economía y Obras Públicas de la Provincia de Neuquén. Tallerista de feminismo y
lesbianismo. Publicó: La pasajera de arena, 1992; Infierno, 1999; Como
mil flores, 2007; El acuerdo, 2012, y; Anima
(i)s, 2013.
CRUZADAS EN LA RUTA CUARENTA
Unos cisnes en el cielo
y la sombra larga del auto
hicieron una cruz
en el agreste escenario
de la ruta cuarenta.
Ese instante gratuito y
efímero
tuvo varios metros de
distancia
y desapareció salvaje en la
curva
sin que nadie diera cuenta
de esta entrega de sombras
por la vida.
De No eras un viajero
inglés, 2012.
RAÚL
MANSILLA, Comodoro Rivadavia, 1960.
Residente en Neuquén desde 1982. Profesor de Informática en la secundaria.
Publicó: Mariaismo, 1985; De
la Construcción de Mitos y otros sucesos,
1988; Las Estaciones de la
Sed, 1991; El Héroe Líquido, 1999; Ojos
Rojos, 2004; No eras un viajero
Inglés, 2004, y; Oralidad Esquizoide, 2010.
Recuperado de: https://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/ocho-poemas-de-la-patagonia-argentina-en-una-antologia/68300
*Breve tratado del viento Sur se
lanzó el 22 de febrero en el Gimnasio Moderno de
Bogotá con la participación del poeta colombiano Federico Diaz Granados y
el poeta chileno Enrique Winter.
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