Esta novela sorprendente perfila al
escritor cartagenero como una de las voces más originales de la literatura
colombiana. Créanos: vale mucho la pena. ¿Quiere saber por qué?
La historia va más o menos así: Klaus
y Adler Zweig son dos hermanos marcados por la accidentada muerte de
sus padres y por Cora, el primer amor de ambos. El tiempo hace que agarren su
propio camino: Klaus, el mayor, se va a trabajar en una compañía petrolera en
el desierto de Criacuervo, en la Guajira, y Adler se convierte en
nadador profesional. Y el tiempo, también, trata de unirlos otra vez cuando ya
cada uno, incluyendo a Cora, son otras personas. (Las 10 escenas involvidables de las
películas de Tarantino)
La segunda novela de Orlando
Echeverri (Cartagena, 1980), empieza a perfilarlo como una de las
voces más originales de la nueva narrativa colombiana. Por eso no dudamos en
recomendarle esta historia extraña y asombrosa publicada por Angosta editores.
Como abrebocas, una entrevista breve para que conozca a Orlando en sus propias
palabras. Y claro, para que se antoje de Criacuervo.
¿Qué es Criacuervo?
Criacuervo es un desierto en La
Guajira donde se desarrolla gran parte de mi segunda novela, cuyo título es el
mismo.
¿Cómo fue el proceso de escribirla?
Fue un proceso lento. Trabajaba en
una financiera norteamericana que vendía ollas y filtros de aire durante el
día, así que escribía de noche. Alcancé a tener varias versiones de la novela.
Las leía en voz alta solo para definir si tenían o no música. Cuando los
vecinos empezaron a quejarse supe que el libro estaba listo. (El escritor que tapa goteras para
escribir)
¿Cuál es su escritor de cabecera?
Solía tener un libro de cuentos de
Kafka. Era una edición vieja, que alguien se había robado de un colegio
católico. Las páginas tenían sellos por todas partes. La verdad es que no
recuerdo cómo lo conseguí. Lo más seguro es que también yo se lo haya robado a
alguien. El libro me acompañó a todas partes, hasta que lo perdí en una
mudanza. Ahora, ¿un escritor de cabecera? Hace años he estado atento al trabajo
de Denis Johnson. Hoy, justamente, me enteré de que acaba de morir.
¿Cómo es su rutina de escritura?
Tengo hábitos nocturnos y procuro
desconectar el enrutador.
Un libro que se le haya quedado en la
cabeza…
Una vida plena, de L.J Davis.
El último que lo hizo llorar
Me conmovió mucho el prólogo de
Walker Percy en La conjura de los necios, en especial cuando menciona la
obstinación de la madre de John Kennedy Toole: acosaba a Percy para que leyera
el libro de su hijo muerto.
Y el último que dejó a medias…
¿Qué es lo peor de escribir?
No creer en lo que se está
escribiendo. Cuando sucede eso algo en los cimientos está podrido.
¿A qué libro vuelve una y otra vez?
Al Libro negro, de Giovani Papini.
¿Cómo quién le gustaría escribir?
Siempre he admirado la sencillez y el
poder del estilo de Camus, en El extranjero.
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